lunes, 3 de marzo de 2008

Ser de la naturaleza

Me encontraba en el camino a la Colina Azul, un lugar muy reconfortante y tranquilo. La colina durante toda la noche se encontraba cubierta por una nube espesa que no permitía una estadía placentera; los grillos, el viento charlando con los árboles, el titileo de las luciérnagas, no existía, lo cual era una privación absoluta de la belleza natural que poseía aquel hermoso lugar con árboles que brillaban con un color verde, lo cual hacía parecer un enorme palacio de malaquita y los arroyos que lo atravesaban, corrían con el brillo de la aguamarina; esplendorosa al paso de la lluvia de sol, que hacía brillar aquellos regueros que adornaban aquel traje de esmeralda.
Sin lugar a dudas, era un lugar con una vista hermosa durante el día, pero me encontraba confundido, algo se había apoderado de mí. ¿Por qué? No debí haber accedido ante el impulso que plantó en mí aquella bruja.
Esa mañana había bajado a la colina para poder traer agua a mi casa, pero en el camino me encontré con una mujer que se interpuso en mi camino. Venía acompañada de una persona –creo- un poco delgada como una espiga de maíz, sus ojos nunca se abrían, sus movimiento eran muy ágiles y ligeros, incluso parecía que se podía ver a través de él.
La mujer se percató que no podía quitarle la mirada de encima a ese “ser” y me dijo:
-¿Te asombra el ver aquel ser tan extraño?... es un elemental y habita en las plantas, es uno con la naturaleza. Decía esto mientras me susurraba en el oído y yo no podía quitarle la mirada de encima. Verás –continuó- es uno de tantos elementales que existen en el planeta, pero él fue creado para poder fusionarse con un ser humano de tal manera que si logra su cometido, le entregaría a la persona que lo admita sus dones completos, él puede apreciar el cosmos tal cual es, no lo ciegan como a la mayoría de los humanos, para él no existen latitudes y longitudes, todo es un horizonte, pues en su visión el cielo y la Tierra conviven juntos y no separados. No existe el tiempo, a él la secuencia de minutos no le afectan, pues habitan en una dimensión dónde el tiempo no es cíclico ni lineal; puede detener o estirar un instante hasta convertirlo eterno
Yo estaba sorprendido, enmudecí por un instante, no podía creer lo qué miraba, ni lo qué estaba frente a mi ¿qué era aquella cosa?
-¿Por qué me dice esto? No entiendo cual es el fin. Pregunté ya más asustado que sorprendido.
- ¿Por qué? porque él te ha elegido, desea habitar en tu persona y tú solo tienes que aceptarlo. De ser así, podrás ver lo que él ve, sentir lo que siente, podrás entrar en regiones que no sabías que existían, nada será imposible, verás cosas inimaginables, la verdadera vida, no la basura física que se desvanece al momento de la muerte, serás inmortal, verás cosas inasibles para el ser humano, sólo vislumbrantes en tus sueños.
No podía imaginarme para qué querría yo aquellos dones, entonces recordé la niebla en la montaña, con aquel regalo la bruma ya no se interpondría ante mis ojos, percibiría las cosas de una forma distinta, apreciaría la belleza de la noche cómo nadie más en la colina. Volteé y mire hacia la colina pensando que si es hermosa de día más lo sería de noche.
Sin pensar en nada más, estire mi brazo, el elemental se posó ante mi y se convirtió en humo entrando por mis poros hasta que sentí como se fijó en mi cabeza, lo sentía corriendo por mis venas, como subía un hormigueo por todo mi cuerpo hasta llegar a mi corazón y de ahí desparramarse y fijarse en mi cabeza.
Tardó unos instantes en unirse por completo, sentí que comencé a dar vueltas por los aires sin despegar mis pies del suelo, perdí el sentido de orientación, giraba alrededor de mi con una especie de fuerza centrifuga, todo pasaba muy rápido, para cuando acordé ya era de noche. Era imposible que todo haya pasado en tan poco tiempo.
Todo comenzaba a ser diferente, oía las voces en los arbustos, las plantas, la tierra, los árboles, el cielo, los animales, el rió, parecía que todo hablaba. En ese momento me di cuenta que todo tenía vida, sólo que nunca la había logrado apreciar.
A tientas logré ponerme de pie, comencé a escuchar todo, a ver lo que no había visto nunca, mis ojos lograban ver colores en la oscuridad, pude ver seres tan diminutos como mi pulgar y otros tan grandes que rebasaban las arboledas del bosque, unos jugaban, otros bailaban, incluso algunos volaban. Me embelecé, logre mirarlo todo en una fracción de segundo, mi vista era panorámica, incluso era una visión tetradimensional, podía ver a través de las cosas y dentro de ellas.
Intenté acostumbrarme, pero no lo logré, después de un tiempo me di cuenta que no lograba llegar a mi hogar, por más que lo intentaba siempre llegaba a un lugar que no reconocía, pues era como un bebe que acababa de aprender a mirar el mundo.
Los colores del cielo comenzaban a desesperarme, pues encandilaban al paso de las destellantes llamas. Los seres que lograba ver no me prestaban atención, pues no pertenecía a su mundo. Terminé por no saber si era de día o de noche, si estaba dormido o despierto. Al paso del tiempo perdí el control de mi cuerpo y de mi mente, aquel ser se apoderaba de mi poco a poco, yo, como persona ya no existía.
Lo último que recuerdo antes de que la oscuridad completa se apoderara de mi, fue que sentía como todo el mundo dejaba de percibirme y de repente, dejé de existir.

2 comentarios:

celeste espinoza dijo...

woo
muy chido que ya hayas subido algo!, apenas lo leí y si me gusta muchachón
creo que es la primera vez que leo algo de creación tuyo
no sé qué peli me ha recordado
pero me gustó
sip
saludos amigo ñoño!

celeste espinoza dijo...

weno
namás el título como que no
puedes cambiarlo y ya
chao